Descubrimiento interesante, rápido y sencillo.
La polenta es un plato originario del norte de Italia y que suele comerse como primer plato, en la actualidad, y pese que para nosotros no sea algo demasiado cotidiano, se come en muchos países como Perú, Argentina, Paraguay, Austria y sur de Francia entre otros muchos.
Para mi, hasta ahora, era una total desconocida, la descubrí cuando este verano mi amiga Fabiana me mandó un paquete lleno de cosas interesantes desde Milán, menos mal que también lo acompañaba un libro sobre como cocinarla, las opciones son infinitas!
Para mi primera receta, elegí una muy sencilla, de gorgonzola al horno:
Ingredientes para dos personas
- 175 g de polenta de maíz instantánea (yo he utilizado polenta taragna)
- 75 g de mantequilla
- 90 g de queso gorgonzola
- 20 g de queso parmesano
- Sal
Para hacer polenta, ponemos a hervir agua con sal y cuando este hirviendo echamos la polenta en forma de lluvia sin dejar de remover. Puesto que estamos utilizando polenta instantánea, tendremos que calcular la cantidad de agua en función de la cantidad de polenta que necesitamos siguiendo las instrucciones del paquete.
Tenemos que tener en cuenta que el calor espesa la polenta, y el agua la aclara. Os recomiendo que tengáis a mano un cacharro con agua bien caliente, por si llegásemos a necesitar añadirle un poco para que no nos quede tan compacta.
Cuando tengamos la polenta lista, la ponemos en un recipiente apto para el horno, añadimos la mantequilla en trozos distribuyéndola por la superficie y hundiéndola un poco en la polenta.
A continuación, distribuimos el queso gorgonzola en trozos finos por toda la superficie y la horneamos hasta que el queso y la mantequilla se hayan fundido. Servimos enseguida.
El queso parmesano podemos ponerlo a la hora de servir, o bien, ponerlo por encima del gorgonzola antes de hornear.
Si tu polenta no es instantánea...
El tiempo de cocción variará entre 45 minutos y una hora, cuánto más tiempo este cociendo más digestiva será.
La proporción aproximada es de 500 gramos de polenta por cada 1,75 litros de agua, aunque en función de la receta puede variar.
Cómo decía antes, es importante tener a mano agua caliente para poder echarla a la cocción de la polenta, en caso de que la necesitemos.
Por último
- Admite un sinfín de combinaciones tanto para recetas saladas como para postres.
- Puede hacerse hervida y comerla tal cual, o bien freírla o hornearla (como en este caso).
- No es difícil de encontrar, yo la he visto en el supermercado donde compro habitualmente, pero si en el tuyo no la tienen prueba en algún herbolario que venda comida o tienda de dietética.
En vista de la versatilidad que tiene y lo rápida que se cocina, creo que voy a empezar a utilizarla muy a menudo, ya os iré contando!
Y vosotros, os animáis? :)
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