Hace unas semanas improvisé una cena con algunas compañeras de la oficina, nosotros somos muy de hacer cosas en casa y tirando de un poco de queso, un poco de aquí, alguna sobra de allá, y congelador, conseguimos hacer un pica pica resultón.
...no os fijéis en la foto del plato pequeño, no le hace justicia, se me deshizo al cortarlo muy caliente y ya no hubo forma de recolocar las planchitas de pasta!!!Y así empezó el cuento, abrí el congelador y como un par de semanas antes me había vuelto loca haciendo pesto, tenía unos 8 tarros diferentes esperando a ser usados (a día de hoy me queda uno, y de los pequeños!), en ese momento se me encendió la bombilla: hago una bechamel de pesto y así hago la receta de lasaña que quiero probar desde hace tanto tiempo.
Para no liarme mucho la manta a la cabeza me fuí a comprar un paquete de lasaña para cocer (en lugar de hacerla) y un par de tarrinas de queso ricota, solo os diré que el resultado fue espectacular!