La colazione es la comida más importante del día! :)
Creo que las tortitas deben estar de moda, las he visto en blogs de repostería, cocina americana, cocina sana, cocina para deportistas... Y la verdad, no me extraña!
A mi me parecen una alternativa fantástica para hacer un buen desayuno, de esos de fin de semana con zumo y periódico...aunque, si os digo la verdad, se hacen tan rápido que casi podrían hacerse a diario.
Os traigo esta receta hecha con queso ricota, quedan gorditas y con una textura muy suave. Admiten dulce y salado, las he preparado naturales, de arándanos y también de pavo...buenísimas!
Ingredientes para la masa (salen unas 8 tortillas):
- 125 gr de queso ricota
- 50 gr de harina
- 80 ml de leche
- 1 huevo (1 yema y 1 clara montada)
- 1 cucharadita de levadura
- 1 cucharada de azúcar o edulcorante (opcional)*
- Un poco de mantequilla para engrasar la sartén
La receta
Primero batimos y mezclamos el queso, la yema del huevo y la leche con unas varillas hasta que queden bien incorporados todos los ingredientes.
A continuación añadimos la harina y la levadura a la mezcla anterior, y cuando tengamos una mezcla homogénea reservamos.
Por otro lado, montamos la clara del huevo, cuando este a punto de nieve lo incorporamos con movimientos envolventes y sin batir demasiado a la mezcla que teníamos reservada.
Está sería la masa natural, para darle un poco más de sabor os propongo dos opciones:
Opción 1
Las dejamos tal cual y las acompañamos con sirope de arce, mermelada, fruta...o lo que os apetezca. A mi me encantan con un poco de azúcar glass por encima.
*Si os resultan poco dulces, podéis añadir a la masa una cucharada de azúcar cuando incorporéis la harina.
Opción 2
Añadir a la masa preparada justo antes de cocinarla algún ingrediente que nos guste, como por ejemplo, nueces picadas, almendras, guindas, plátano...
Yo hice unas a las que les añadí arándanos picados, pero sin duda mis favoritas son las saladas, les añadí pavo en cachitos (esta opción es estupenda también como cena).
Por último, calentamos una sartén y añadimos un poco de mantequilla. Para que no queden demasiado grasientas yo derrito un porción mínima de mantequilla y unto la base de la sartén con una espátula de goma, dejando una capa muy muy fina.
Cuando la sartén este bien caliente, bajaremos la potencia a fuego medio y echaremos un par de cucharadas grandes, dejaremos que coja cuerpo y le daremos la vuelta. El punto para darles la vuelta es, básicamente, que se vuelva lo suficientemente solida como para poder hacerlo.
Se pueden comer calientes o frías.
Espero que os gusten tanto como a mí! :)
Por último, calentamos una sartén y añadimos un poco de mantequilla. Para que no queden demasiado grasientas yo derrito un porción mínima de mantequilla y unto la base de la sartén con una espátula de goma, dejando una capa muy muy fina.
Cuando la sartén este bien caliente, bajaremos la potencia a fuego medio y echaremos un par de cucharadas grandes, dejaremos que coja cuerpo y le daremos la vuelta. El punto para darles la vuelta es, básicamente, que se vuelva lo suficientemente solida como para poder hacerlo.
Se pueden comer calientes o frías.
Espero que os gusten tanto como a mí! :)
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